domingo, julio 29, 2007

La asimetría entre paramilitarismo e insurgencia

Bueno, empieza otra semana más. Y el tema de moda es, cómo no, el de las definiciones. Y ello debido al enfrentamiento entre Uribe y la Corte Suprema de Justicia por el estatus jurídico de los Paramilitares. La Corte Suprema de Justicia acaba de negar la etiqueta de “sediciosos” a los paramilitares. La respuesta del presidente es: "si se le reconoce sedición a la guerrilla, se le debe reconocer sedición con los mismos elementos al paramilitarismo. Si se le niega la sedición al paramilitarismo, se le debe negar la sedición a la guerrilla por las mismas razones". Es decir, Uribe está diciendo que tanto guerrilleros como autodefensas son grupos equivalentes, armados en armas.

El presidente de Colombia (Sí, ese país de apasionados, pero no de pensadores) muestra aquí su lógica magistral: los paramilitares matan gente, trafican con droga, secuestran y desaparecen población civil, atacan a los militares; los guerrilleros matan gente, trafican con droga, secuestran, atacan a los militares. Por lo tanto, los paramilitares son guerrilleros. Y, por supuesto, Mancuso y sus amigos deben pensar con esta misma racionalidad criolla. Llamemos a este argumento, el “olvido de las diferencias”. Es exactamente el mismo razonamiento escondido en esta deducción tipicamente colombiana: todos los hombres nacen, crecen, se reproducen (cometen delitos) y mueren; todas las mujeres nacen, crecen, se reproducen (cometen delitos) y mueren. Por tanto, todos los hombres son mujeres. Ah, Miguel Antonio Caro estará orgulloso de esta inteligencia magistral que nos lleva a equiparar lo incompatible, pues él igualaba las ideas de la Ilustración con dogmas satánicos. Sí, este filólogo que ¡jamás terminó el bachillerato!

Pero no, los paramilitares no pueden ser guerrilleros. Independientemente de lo que Caracol, RCN, El Tiempo, Julio Sánchez Cristo, Natalia París y la oficina de prensa del Palacio de Nariño digan, no es lo mismo ser de las autodefensas o criminal político. Por lo menos en el aspecto de la sedición y los delitos políticos. La ley colombiana define la sedición como aquella conducta que ataca el orden constitucional y legal vigente. La guerrilla busca acabar con el Estado; para ello utilizan formas de lucha armada. Así que no queda otro camino que acusarla de sedición, aunque cometan otro tipo de delitos. Generalmente los sediciosos afirman que el Estado es antidemocrático, y por ello merece ser cambiado por otro.

Los paramilitares, por el contrario, desean ayudar al Estado, protegerlo, luchar contra el demonio del comunismo, como diría El Profe, aquél paramilitar que descuartiza a sus víctimas con el mismo brazo en donde tiene tatuada la imagen de la Virgen del Carmen. Basta consultar alguna entrevista Light hecha a Carlos Castaño o Mancuso, para darse cuenta de que se ven a si mismos como colaboradores del Estado. Por tanto, no son sediciosos. El problema radica en que Uribe trata de hacer que los delitos comunes, tales como el concierto para delinquir o el asesinato de civiles, sean tratados como políticos. Cosa absurda. Tan absurda como considerar que los secuestros, las masacres, el asesinato de jóvenes pobres y mal educados que debido a su falta de opciones han tenido que entrar a la policía no son delitos de lesa humanidad.

Lo que la mayoría de los grupos de autodefensa son, lo ha expresado la Corte Constitucional con claridad, así como por qué no pueden catalogarse como sediciosos:

El fin que persigue la delincuencia común organizada, particularmente a través de la violencia narcoterrorista, es el de colocar en situación de indefensión a la sociedad civil, bajo la amenaza de padecer males irreparables, si se opone a sus proditorios designios. La acción delictiva de la criminalidad común no se dirige contra el Estado como tal, ni contra el sistema político vigente, buscando sustituirlo por otro distinto, ni persigue finalidades altruistas, sino que se dirige contra los asociados, que se constituyen así en víctimas indiscriminadas de esa delincuencia. [Sentencia C-171/93.]

domingo, julio 22, 2007

¿Qué es ser colombiano?

¿Qué es ser colombiano? Esta es la pregunta que hace Ulrica a Javier Otálora, profesor de la Universidad de los Andes, en la mitad de un cuento de Borges. La fe es definida por el DRAE como el conjunto de creencias de alguien, de un grupo o de una multitud de personas. Me gusta definirla, plagiando no sé a quién, como creer que es cierto lo que se sabe que es falso. Así pues, la pregunta que sigue a continuación es "qué cosas falsas son las que creemos los colombianos de sí mismos? Sabemos que somos unos delincuentes. Acaso no haya un sólo compatriota que no haya violado una ley de manera grave por lo menos una vez en su vida: desde robar en el supermercado algo que no necesitamos, hasta sobornar al policía de tránsito. Cuando no se vale de su "malicia" para estafar. No hablemos, por favor, de los delitos indultados por la ley de justicia y paz. No obstante, la honestidad de los colombianos sale a relucir en cualquier conversación. Creemos que somos amigables. Pero treinta mil muertos enterrados en fosas comunes no es la imagen más amigable que pueda recordar. Tampoco es amigable la actitud de los choferes de bus, taxi, colectivo, moto, bicicleta, bicitaxi, carro particular, patineta, camión camioneta, comionononon o camionsito, que tratan de pasar por encima de los peatones al tratar de subirse al anden para saltarse el trancón producido por la motocicleta que al tratar de atravesar el puente peatonal cayó sobre el taxi que iba en contravía compitiendo con el carro particular que deseaba atropellar al ciclista que acababa de tocarle la nalga a la señora que esperaba el bus en cualquier sitio diferente al paradero asignado. No somos cultos (leemos menos de un libro al año), ni hablamos correctamente "el mejor español del mundo". Para la muestra, el documento fundacional de nuestra República , el Acta de Independencia que ya cité en mi anterior escrito, y el hecho de que aparentemente nadie la ha leído, puesto que aun celebramos el 20 de julio como la fecha de nuestra "Declaración de Independencia". Parece redactada con el ánimo expreso de no ser entendida jamás por nadie. Creemos que no somos en absoluto racistas, pero no me canso nunca de burlarme cuando alguien conoce a un costeño de "alta sociedad": medianamente blanco, con muuuuuuuuuuuucho dinero (Como Julio Mario Santodomingo), bien hablado, y expresa la famosa frase "pero no pareces costeño". Tenemos estereotipos muy acentuados en nuestro disco duro. Así mismo, cuando el colombiano se encuentra con un peruano, boliviano, ecuatoriano, nicaraguense, hondureño, etc. que no tiene marcados rasgos indígenas, dice "pero no pareces...". Lo cual demuestra que el colombiano promedio no ha salido jamás de su ciudad y lo que conoce de otros países lo conoce a través de Caracol y RCN, jamás a través de libros. Y, por supuesto, cuando en la visa extranjera o cualquier otro documento necesario en el exterior ponen en su descripción "trigueño" o, en el peor de los casos "tipo latino", pega el grito en el cielo diciendo "¡pero tengo ojos verdes! (así sean lentes de contacto), y cabello rubio (así sea tinturado)". No miento. En alguna sección de entretenimiento el titular de la noche fue "las rubias pasan de moda", y la presentadora, morena y peliteñida dijo "y ahora, qué vamos a hacer?". Por ello la noticia de Emilio Yunis, de acuerdo con la cual el 85,5% del ADN mitocondrial de nuestras mujeres es indígena, provocó una discución en Caracol Radio el día en que fue publicada. Este golpe debe ser tan duro para algunos colombianos, como lo fue el que algunos británicos descubrieran que tenían ADN venido de África. Por supuesto, había generales libios en los ejércitos Romanos que invadieron Britania en la antiguedad.
El último gran componente de la virtud teologal llamada "fe criolla" es justamente la relacionada con nuestra fe católica. ¿Somos realmente católicos? Independientemente de que ya sólo el 85% de criollos compartan este credo, la pregunta es más bien, qué pasa con todas las otras creencias, esas que había antes de la llegada de los españoles?
En resumidas cuentas: La identidad colombiana fue definida en 1886, mediante la Constitución de Caro y Núñez de la siguiente forma: Ciudadano de Colombia es aquel hombre blanco, heterosexual, católico, que habla español. Todos los demás son prescindibles. Aun quedan muchos rezagos de esta definición. Aun seguimos cantando que "La humanidad entera/ Que entre cadenas gime/ Comprende las palabras Del que murió en la cruz". Palabras como
"El que no está conmigo, está contra mí", o "No penséis que he venido para traer paz en la tierra; no he venido para traer paz, solo la espada".
¿Qué hacer ante este atentado contra nuestra fe? Empezar a revisar esas cosas que creemos de nosotros mismos para hacer, no una "imagen", sino una identidad. Real, no construida con lo que queremos ser.

¿Independencia grita el pueblo?


Estoy volviéndome decididamente mono temático. la historia de este país no se repite ya cada cien años, sino cada cuatro, e incluso, cada año. Ya había escrito un post sobre el asunto, pero vuelvo a recordarle a mis lectores este tema que es de crucial importancia. ¿Qué pensarían si después de veinte, treinta, cuarenta años de escuchar que "el grito de independencia" de Colombia se hizo el 20 de julio de 1810 descubrieran que no se hizo tal grito? Pues, repito, ya lo dije, pero lo digo de nuevo. No hubo tal declaración de independencia. Los criollos decidieran apoyar a Fernando VII, Rey de España, cuyo trono estaba siendo "usurpado" por el hermano de Napoleón, quien estaba diseminando la "peste" de la Revolución Francesa en Europa. ¿Se imaginan que dicha peste hubiese llegado a América? ¿A Colombia? ¿Que hubiésemos obligado a los ricos a pagar impuestos, le hubiésemos quitado la potestad de la educación a la iglesia Católica y se fundase un educación laica? ¿Que hubiésemos intentado establecer una igualdad real entre Criollos, indios, negros y mestizos? ¿Que todo eso hubiese quedado plasmado en nuestra Acta de Independencia, y que fuese honroso colgarla en la Página de la Presidencia, por ejemplo? Lastimosamente esas ideas no cuajaron sino hasta 1991 en este país. Los anteriores intentos desembocaron en una matanza generalizada de pensadores liberales, guerras civiles, chulavitas, paramilitartes ( ah no, perdón, esos son post-1991). En fin, si no me creen, de nuevo, les muestro esta perla de nuestra Acta de Independencia:

«Juramos por el Dios que existe en el Cielo, cuya imagen está presente y cuyas sagradas y adorables máximas contiene este libro, cumplir religiosamente la Constitución y voluntad del pueblo expresada en esta acta, acerca de la forma del Gobierno provisional que ha instalado; derramar hasta la última gota de nuestra sangre por defender nuestra sagrada religión C. A. R. nuestro amado Monarca Don Fernando VII y la libertad de la Patria; conservar la libertad e independencia de este Reino en los términos acordados; trabajar con infatigable celo para formar la Constitución bajo los puntos acordados, y en una palabra, cuanto conduzca a la felicidad de la Patria» Tomado del Acta de independencia de Colombia de 1810.

Leí este fragmento ante un grupo de amigos que están entrando en la política. LA Boyacense, con quien acabábamos de visitar hacía quince días el Puente de Boyacá, casi no podía creerlo. Estaba conmocionada. Otro, republicano de pura cepa, objetó mi comentario sobre la no independencia diciendo "las revoluciones no empiezan desde cero, los Comuneros gritaban "viva el rey, abajo el mal gobierno". Pero para contrarrestar estas críticas, mejor veamos otras actas de independencia, donde queda clara la intención de cortar de raíz los vínculos aristocráticos con los países colonizadores, cosa que no se hizo en este pobre, mísero, arrodillado y apasionado país.

Estados Unidos:
Acta de independencia de los Estados Unidos de América, 4 de julio de 1776
"Por lo tanto, nosotros, representantes de los Estados Unidos de América, reunidos en Congreso General, apelamos al Supremo Juez del mundo por la rectitud de nuestras intenciones, en el nombre y por la autoridad del buen pueblo de estas colonias, solemnemente proclamamos y declaramos que estas colonias unidas son, y por derecho deben permanecer, Estados libres e independientes, y quedan absueltas de toda obediencia a la Corona Británica; y que toda conexión política entre ellas y el Estado de Gran Bretaña está y debe permanecer totalmente disuelto".

Francia:
Ustedes dirán: "¿Francia de quién se independizó?". Se independizó de la Aristocracia. A pesar Napoleón, la Restauración, y los demás intentos de acabar con esta segunda República Democrática.

Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano (26 de agosto de 1789)
Los representantes del pueblo francés, constituidos en Asamblea nacional, considerando que la ignorancia, el olvido o el menosprecio de los derechos del hombre son las únicas causas de las calamidades públicas y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer, en una declaración solemne, los derechos naturales, inalienables y sagrados del hombre, a fin de que esta declaración, constantemente presente para todos los miembros del cuerpo social, les recuerde sin cesar sus derechos y sus deberes; a fin de que los actos del poder legislativo y del poder ejecutivo, al poder cotejarse a cada instante con la finalidad de toda institución política, sean más respetados y para que las reclamaciones de los ciudadanos, en adelante fundadas en principios simples e indiscutibles, redunden siempre en beneficio del mantenimiento de la Constitución y de la felicidad de todos. En consecuencia, la Asamblea nacional reconoce y declara, en presencia del Ser Supremo y bajo sus auspicios, los siguientes derechos del hombre y del ciudadano:

Artículo primero.- Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos. Las distinciones sociales sólo pueden fundarse en la utilidad común.

Artículo 2.- La finalidad de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre. Tales derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión.

Artículo 3.- El principio de toda soberanía reside esencialmente en la Nación. Ningún cuerpo, ningún individuo, pueden ejercer una autoridad que no emane expresamente de ella.


Venezuela:
Acta de la Independencia de Venezuela, 5 de julio de 1811
"En atención a todas estas sólidas, públicas e incontestables razones de política, que tanto persuaden la necesidad de recobrar la dignidad natural, que el orden de los sucesos nos ha restituido, en uso de los imprescriptibles derechos que tienen los pueblos para destruir todo pacto, convenio o asociación que no llena los fines para que fueron instituidos los gobiernos, creemos que no podemos ni debemos conservar los lazos que nos ligaban al gobierno de España, y que, como todos los pueblos del mundo, estamos libres y autorizados para no depender de otra autoridad que la nuestra, y tomar entre las potencies de la tierra, el puesto igual que el Ser Supremo y la naturaleza nos asignan y a que nos llama la sucesión de los acontecimientos humanos y nuestro propio bien y utilidad".

México:
Acta de la Independencia del Imperio Mexicano, 28 de septiembre de 1821
"La nación mexicana que, por trescientos años ni ha tenido voluntad propia, ni libre el uso de la voz, sale hoy de la opresión en que ha vivido. Los heroicos esfuerzos de sus hijos han sido coronados, y está consumada la empresa, eternamente memorable, que un genio superior a toda admiración y elogio, amor y gloria de su patria, principió en Iguala, prosiguió y llevó al cabo, arrollando obstáculos casi insuperables. Restituida, pues, esta parte del Septentrión al ejercicio de cuantos derechos le concedió el Autor de la naturaleza, y reconocen por inenajenables y sagrados las naciones cultas de la tierra, en libertad de constituirse del modo que más convenga a su felicidad; y con representantes que puedan manifestar su voluntad y sus designios; comienza a hacer uso de tan preciosos dones, y declara solemnemente, por medio de la Junta Suprema del Imperio, que es nación soberana, e independiente de la antigua España, con quién en lo sucesivo, no mantendrá otra unión que la de una amistad estrecha en los términos que prescriben los tratados"
.

Yo sé que las comparaciones son odiosas... pero son también necesarias, si es que queremos aprender algo sobre cualquier cosa. Y esta comparación nos muestra que este pobre país empezó mal, tratando de se runa monarquía cuando todos los demás deseaban ser una Democracia.
P.S. Para continuar cultivando con ese espíritu patriótico, esperen comentarios sobre nuestros símbolos patrios.

domingo, julio 08, 2007

¿Dónde está Satán?

Hace poco me llegó un correo según el cual el Aserejé, canción escrita por las hijas de El Tomate esconde un mensaje satánico:

El siguiente párrafo peculiar y que llama la atención de los jóvenes empieza así: 'Aserejé, ja, de je, de jebe tu de jebere sebiunouva, majabi an de bugui an de buididipi'. Aquí aparece la palabra asejeré (un ser hereje), ja (las siglas de Jehová), deje, dejebe tu dejebe (deja tu ser); al unir los vocablos dice 'un ser hereje Jehová deja tu ser'.

Esto se suma a los rumores sobre el satanismo, presentes en la música electrónica, Menudo, JLo y en la banda sonora de Los Pitufos, amén de los subliminales en el cine. Los cristianos de todo el mundo, desde Bush hasta la senadora Piraquive, pasando por Ratzinger, creerán que estas "Salsa de tomate" se sentaron a idear una extraña oración para que los jóvenes se volvieran satánicos, y por ende, malos. Hay una canción de las 1280 Almas que dice más o menos "¿qué hay en tu cabeza para pensar/ que tiene tan simples formas el mal?




La canción original de Las-Ketchup es simplemente una imitación, similar a la que hacen los champeteros cartageneros, de una canción en inglés que sólo son capaces de cantar los raperos que la escribieron, los Sugarhill Gang. El tema (¡que dura como 15 minutos y tiene 3000 palabras!) se llama Rapper's Delight. Fue tal vez el primer éxito del Hip Hop, y empieza con un juego de palabras que no significa en inglés algo como "ama a Satán" sino algo como "mueve la cadera":

I said a hip

hop the hippie the hippie
to the hip hip hop, a you dont stop
the rock in to the bang bang boogie say up jumped the boogie
to the rhythm of the boogie, the beat

Versión original

Realmente no alcanzo a comprender en todo su esplendor lo que dicen Wonder Mike y sus amigos, pero es algo como "mueve las caderas al ritmo de la música". Esto es, pienso, mucho más sugestivo que la jerigonza de las españolas, e insita más a cometer pecados al ritmo ragatanga. Lo cual es un serio indicador de la efectividad de los mensajes subliminales: ¿qué causa más impacto en las personas, un mensaje que para ser comprendido requiere que se decodifique un complejo símbolo, se escuche al revés el texto y se comprenda otro idioma, o un mensaje claro, directo, que nos dice que bailemos al ritmo de la música y que "rockiemos"? No olvidemos que "rocking" es una palabra de doble sentido que se refiere al sexo, palabra de donde deriva el nombre de la música satánica llamada "rock and roll".

Así pues, la mejor forma de ser "herejes" es justamente dedicándonos a bailar rock, este tipo de música satánica (¿por qué pienso en Calle 13?).

Cambiando ligeramente el tema, para mostrar lo perniciosos que pueden ser estos "guías espirituales" y sus teorías descabelladas, paso a hablar ahora de Ted Haggard, reverendo protestante que fue catalogado por la revista Time como una de las voces más influyentes en USA. Supe de su existencia porque lo vi discutiendo con Richard Dawkins, el más famoso bright, sobre el creacionismo en un documental llamado algo así como "la raiz de todos los males"; éste hace alusión, valga la redundancia, a la religión como el origen de la mayoría de los males del ser humano. Haggard, cuando Dawkins le pide explicar un concepto de "casualidad" que no aparece en la biología evolutiva, evade la cuestión (falacia argumentativa) acusándolo de padecer "arrogancia intelectual". Este defensor de la moral, que ataca la ciencia, rechaza la interrupción del embarazo, la eutanasia, las libertades civiles, la separación Iglesia-Estado y el matrimonio homosexual, fue descubierto posteriormente comprando drogas a su amante, un hombre. Es decir, este líder religioso, antes presidente de la Asociación Nacional de Evangélicos de Estados Unidos, de quien se decía que tenía línea directo, no con Dios, sino con Bush -a quien Él le dijo que quería que fuera presidente-, que exige a sus fieles una fe ciega en su dios y en su palabra, que puede hacer que sus seguidores quemen libros y discos por considerarlos satánicos, hacía exactamente lo contrario a lo que predicaba. Denota una inconsecuencia total en sus acciones. Es decir, no es que los laicos seamos "arrogantes intelectuales". Es que realmente muchos de estos líderes religiosos son mentirosos, ignorantes, manipuladores y enfermos, cuando no todo al mismo tiempo.

Así pues, en lugar de escuchar a estos predicadores que rayan en la esquizofrenia por tratar de ocultar sus verdaderas intenciones (sexuales y/o políticas), y que pueden ser la causa del mal, manifestado en las bombas que ponen sus fieles en las clínicas de interrupción de embarazo en USA, me dedicaré a darle al rock'n roll, sin miedo a estar contradiciéndome.

sábado, julio 07, 2007

Pido la Palabra

Es una sección de las "Lecturas Dominicales" que ahora saca EL TIEMPO los sábados. Se hacen preguntas como las siguientes:
"Quiero referirme a la costumbre de hablar de "los factores clave", "los puntos clave" o "los personajes clave". Lo correcto sería usar "claves" ¿o estoy equivocado? Nuestra lengua utiliza el plural en los adjetivos, al contrario de la inglesa."
Y la respuesta es dada por una chica que firma como "Soledad Moliner", un dechado de erudición.
Si miramos en el correo del lector de este periódico, hay por lo menos una carta a la semana en donde se critica la forma gramatical en la cual está conjugando un verbo.
Por ejemplo, vemos un titular como:

"Rodrigo Tovar Pupo, el jefe Paramilitar, se peó en la ley de Justicia y Paz, por lo que deja entrever
con su actitud ante fiscalía y las víctimas"

Inmediatamente aparecen una serie de mensajes en los foros, una carta a alias "Soledad", y mil correos sobre el particular, dos de los cuales serán publicados en la sección de la "defensora del lector", diciendo algo como lo siguiente:
Señor editor:
"Veo indignado que en este prestigioso diario los correctores no están haciendo su trabajo. El redactor se equivoca con la expresión "se peó", puesto que el verbo en cuestión es "peer", irregular, que se conjuga como el verbo leer: yo peo, tú pees, él pee; en pasado, yo peí, tu peíste, él peyó... (Quien quiera verificar la exactitud de esta réplica puede remitirse al Diccionario de la Real Academia).

Luego de la aclaración sigue una diatriba sobre lo importante que es que el mejor diario del país (porque es el único) se preocupe por la correcta construcción gramatical de la lengua de Cervantes, para que así nuestra grandiosa nación (Colombia es pasión) siga teniendo la fama de ser el lugar donde mejor se habla el Castellano (que no Español, porque en España, la Madre Patria, se hablan diversas lenguas).
La última de estas campañas en busca del buen hablar la viene realizando Martín de Francisco con las aventuras del profesor Super O, quien busca, ayudado de Cevichica (por lo del ceviche), disminuir los índices de ignorancia.

Pero el héroe de este dibujo animado, lejos de ser uno de los rígidos y encopetados académicos del Instituto Caro y Cuervo, es un profesor costeño, del Chocó y negro, que en lugar de pertenecer a esa clase social que desde los tiempos de la colonia ha detentado el más rancio abolengo, pertenece más bien al pueblo común y corriente. La serie es, por tanto, iconoclasta. Los puristas de la lengua habrían puesto como protagonista seguramente al cartagenero Rafael Nuñez, blanco y católico hidalgo del Partido Liberal, quien, además de idear la Constitución colombiana de 1886 se dedicó a traducir del latín a Horacio, en los ratos libres que le dejaba la penosa tarea de gobernar un país donde las satánicas ideas de la Ilustración se estaban imponiendo. Ello puede explicar por qué hoy en día Colombia está como está: sus dirigentes, en lugar de gobernar, se dedicaban a defender la herencia española más significativa: el idioma (esto obedece en el fondo a una férrea campaña de conquista y colonización). Costeño es también, como el profesor Super O, el autor de una de las más grandes obras de la literatura española, junto con el Quijote: Cien años de soledad. Y no debemos olvidar que justo en la primera frase de ésta, hay un error gramatical garrafal: "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar...". Qué espanto. Seguramente Miguel Antonio Caro, el vicepresidente de Núñez, artífice de la guerra de los mil días (no es una obra, fue la primera guerra civil colombiana en este siglo) y fundador de la Academia Colombiana de la Lengua habría arrojado con horror lejos de sí el libro sin haber pasado de este primer parágrafo. Como con horror los miembros de la Real Academia Española criticaron -y por tanto vetaron un asiento para Gabo- su propuesta de transformar la ortografía del español para simplificarla. Y es que la propuesta del escritor colombiano debe entenderse, no como una simplificación en busca de evitar que los niños sufran por los dictados, sino como lo que es: una crítica a la ridícula idea de que se es más inteligente, de mejor clase, más distinguido, si se habla y se defiende un correcto y gramaticalmente bien formado español. Esta preocupación por los gazapos idiomáticos y el uso de un vocabulario barroco, por lo menos en este país, ha hecho que olvidemos lo más importante: la expresión correcta de nuestras ideas, y la revisión de la validez de los razonamientos expresados en el lenguaje. La corrección gramatical y ortográfica es útil para facilitar la comprensión. No es lo mismo que Juan le escriba en una carta a su padre, José Galat, por dar un nombre, "me voy a casar con Mario" a que escriba "me voy a cazar con Mario".
Sería preferible que los defensores del "hablar correctamente" se convirtieran además y sobre todo en defensores del "argumentar correctamente". Tendría que haber un héroe que ante cualquier violación del pensamiento racional, lógico, apareciera en una cerebro-nave: "un momento señor Presidente, está utilizando un razonamiento indebido. Descalificar la fuente de una información o de un argumento, no prueba que la información sea falsa; así, decir 'las acusaciones contra Noguera son falsas porque las hace un delincuente' es un error grave. A pesar de que está en la cárcel, puede estar diciendo la verdad. En efecto, si García dice que la tierra es redonda, ¿estaría diciendo algo falso porque está en la cárcel?" La tira cómica finalizaría citando el nombre en latín del error de razonamiento -en este caso ad hominem- para descrestar, mientras se escucha la frase "hemos bajado los índices de irracionalidad, un poquitico. Por supuesto, debería haber una sección así también en los periódicos.

miércoles, julio 04, 2007

Adios, Richard Rorty

La filosofía, definida ella como aquello que hacen los filósofos -entre estas cosas están, por supuesto, la labor de definir qué es la filosofía, qué es definir algo, y por supuesto, que es ser algo, razón por la cual los filósofos nunca terminan diciendo algo concreto- no terminó con Hegel. Hubo después de él mucha gente que, a pesar de leer sus obras y padecer la crisis que lleva a declarar muerta esta antigua actividad del pensamiento luego de leer esa jerigonza de la cual Schopenhauer dijo que el autor ponía las palabras y el lector debía inventar el significado, decidió dedicarse escribir sobre esos temas. Así, hoy en día tenemos una sarta de filósofos llamados "contemporáneos", que nacieron en el siglo pasado (el XX) y que están dejando el mundo este siglo XXI. Uno de ellos, me acabé de enterar, es Richard Rorty.
A él le debo, junto con Platón, el haberme reído a carcajadas al leer una obra filosófica. Eso, creo, ya es uno de los más altos logros para un filósofo.
Su obra básicamente consiste en defender un liberalismo comunitarista: "nosotros somos Americanos. Somos liberales. Todos deben hacer lo que nosotros decimos (ser liberales) porque nosotros mandamos. Todos los filósofos antes de mi son unos pelmazos. Y Kant apesta, junto con su Deducción Trascendental, que sólo sirve para darle el título de filósofo a todo aquel que no se aburra luego del primer párrafo". Por eso me caía bien el señor, aunque a veces se me asemejaba en su forma de escribir a la Chimoltrufia: "como digo una cosa digo la otra".
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