viernes, agosto 31, 2007

A la Siniestra de Dios Padre

Estamos en un momento político, aquí en Colombia, en donde el debate entre partidos políticos –Liberal vs. Conservador- ha sido desplazado por el debate entre ideologías. Así, hoy en día hablamos de una Izquierda enfrentada a una Derecha. Ayer, justamente, tuve una discusión con un amigo que se lanza como Edil por un partido de derecha (el de la U), pero que está apoyando a al candidato del Polo –Samuel Moreno Rojas-, partido de Izquierda. Esta aparente contradicción nos llevó a preguntarnos si sí había tal lineamiento y claridad conceptual en la contienda electoral. Afirmé que, por herencia Familiar, el candidato a la alcaldía debía ser de Izquierda, pues la ANAPO, el partido fundado por el General Rojas Pinilla, era de izquierda. Ahora bien, ¿cómo es posible que un dictador, militar, católico y anticomunista como Rojas Pinilla, pueda catalogarse como “de izquierda”?
Para aclarar la cosa, debemos aclarar conceptos. Este escrito será, pues, un intento de delimitar las fronteras ideológicas de la”Siniestra”, como movimiento opuesto o diferente al de la “Diestra”.
Un principio fundamental será, entonces, el siguiente:

Los izquierdistas abogan por una redistribución de las riqueza.
Es, pienso yo, un axioma que no admite discusión. “Pero los conservadores, los liberales, e incluso los Nazis predicaban lo mismo”, podría objetarse. No lo creo. Los matices marcan la diferencia: decir que debe ser una “justa” redistribución, o que cada cual debe recibir lo que merece, hace que haya una desigual redistribución. Por ejemplo, no es justo que una persona que haya estudiado en buen colegio, en una prestigiosa universidad durante ocho años, que haya trabajado toda su vida, etc., gane lo mismo que alguien que no estudió en un buen colegio, que no fue a la universidad, etc. El problema radica aquí en que es justamente porque ha habido una desigual distribución de los ingresos que este individuo no ha podido estudiar y hacer lo que el primero sí pudo hacer. Caemos así en un círculo: Démosles más dinero a los que más tienen, puesto que se lo merecen. Absurdo. Así pues, necesitamos re-distribuir los ingresos para que aquellos que tienen poco, puedan, finalmente, liberarse de la pesada carga de ser pobres. El famoso contra ejemplo “pero Juanito pudo estudiar y es pobre” no aplica, pues ese “Juanito que pudo” es uno entre un millón. ¿Y los otros 999.999? ¿Qué se jodan?

Los izquierdistas abogan por una educación pública gratuita para todos.
Uno de los mayores orgullos de los Norteamericanos, hasta antes de la hegemonía Republicana que los azota, era justamente el hecho de tener una educación pública para todos. “Pero la educación no es muy buena”. No importa. Si todos, ricos y pobres recibimos la misma educación, todos estaremos en igualdad de condiciones, todos podremos aspirar a lo mismo. Por otro lado, el roce entre diferentes clases sociales puede ayudar a “abrir mundo”: los chicos estrato seis compartirán su salón con jóvenes a los cuales les cuesta comer tres veces al día. Aquellos tendrán más sensibilidad social (verán de cerca, todos los días, lo difícil que es estudiar con la barriga vacía) y estos tendrán contacto directo, y sabrán lo que pueden llegar a tener, y deben exigir. Que esto puede generar conflictos: los niños de papi discriminando a los de menos recursos, que éstos robando a los otros... no importa. La esencia de la democracia es justamente el conflicto que debe ser solucionado mediante el debate argumentado. Para eso estarán los profesores educando a los chicos: para la diversidad.
Los izquierdistas abogan por un servicio de salud gratuito para todos.
¿Necesita explicación esta afirmación? Sin salud no hay posibilidades para hacer nada más. Supeditar la atención a los enfermos a que hayan pagado por ella es lo más inhumano que puede haber. La medicina prepagada, por tanto, fomenta la desigualdad. Debería, como en Canadá, estar prohibida. O, por lo menos, todos deberíamos tener ese tipo de atención. La ley 100, aunque vivo despotricando de ella, es, en esencia, justa: todo pagamos, y ello ayuda a subsidiar a quienes no pueden pagar salud. El problema es que está pensada no para ayudar, sino para quitar cargas económicas a las grandes empresas, con muchos empleados. Lo mejor es subsidiar la oferta, como antes: hospitales gratuitos. Y lo que tienen plata, que paguen para que funcionen.

Los izquierdistas abogan por una libertad individual, aunque el bien general debe estar por encima del bien particular.
El bien general es el bien de todos: no el de la mayoría, ni el de la minoría, ni el de los más bonitos, los más inteligentes o capaces, sino el de todos. Yo, que soy egoísta por naturaleza, al buscar el bien de todos estaré buscando mi propio bien, como decía Rousseau. Ahora, darme cuenta de esto requiere hacer un profundo ejercicio de reflexión: ¿cómo es que buscando el bien común conseguiré mi propio bien? La libertad individual debe, por tanto, fomentarse. Ejércitos de soñadores que harán lo posible por alcanzar ese sueño que nos llevará a todos a la felicidad.

Este es el tipo de reflexión -“¿cómo es que buscando el bien común conseguiré mi propio bien”- que debe enseñarse en los colegios y universidades, a donde todos podrán ir puesto que es gratuita. Y como todos estaremos sanos debido a que tenemos salud, pues lograremos ponernos de acuerdo sobre cuál es este bien común.
Negando con mayor o menor fuerza estas tesis tenemos la derecha: “Los ricos no pueden juntarse con los pobres”; “no debemos pagar para que quienes no trabajan tengan salud (educación, vivienda, etc.) puesto que fomentamos la pereza”, “el bien común se da por adorar al Ekeko y por tanto TODOS deben adorar al Ekeko y obedecer sus mandatos”, etc. El axioma fundamental de la Derecha, creo, sería algo como esto: buscando el bien individual, llegaremos encontrar el bien común. Por ello facilitarle a los ricos ser más ricos redundará en más dinero a los pobres, pues caerá de los bolsillos de aquellos cuando ya no se puedan llenar más. Creo que es falso. Los bolsillos adinerados han demostrado no tener fondo.

Si radicalizamos los principios que he postulado, tenemos la extrema izquierda: “Sólo matando conseguiremos estos fines”; “el bien común, la igualdad, debe imponerse por las armas”, etc. Si usted admite algunos de estos, se dirige, sin duda, a un “siniestro”, palabra que por alguna razón se usa para denotar un accidente, pero que también es sinónima de “izquierdo”. Finalizo, pues, con una frase de ese dictador, fanático católico y anticomunista, que quizás por accidente ahora tiene un nieto que milita en un partido de oposición a un partido derechista. Otra muestra más, de lo contradictorio que es este país:
“No se puede hablar de paz sin justicia social y justa distribución y goce de las riquezas". General, Rojas Pinilla. (Presidente de Colombia, mediante un golpe de estado, desde el 13 de junio de 1953 hasta el 10 de mayo de 1957).

P.S. Acepto propuestas para mejorar una posible delimitación de los principios del socialismo. Una muy buena es la siguiente: los socialistas buscan la igualdad social.

jueves, agosto 23, 2007

Otro capítulo

Ha terminado otro capitulo en mi vida... como dice la canción. Estoy sin Internet, así que no me demoro escribiendo. Estoy en un Café.
Primero, terminé mi primer libro. Cien páginas de una historia que dura quince, tal vez veinte minutos. Me siento muy extraño, pensé que sería más difícil escribir ficción. Pero bueno... Claro, falta afinar los detalles, y lo más importante. Publicarlo!!!
Voy a contarles cómo será esa odisea. Espero no terminar como un de los AAP de Humberto Eco.
Que les rinda!!!

sábado, agosto 18, 2007

Cuando unas puertas se cierran, otras se abren.

No me hubieras dejado esa noche por que esa misma noche encontre un amorNo me hubieras dejado esa nochepor que esa misma noche encontre un amorParecia que estaba esperandotu momento de partirparecia haber observadomis momentos junto a tiNo me hubieras dejado esa nochepor que esa misma noche encontre un amorNo me hubieras dejado esa nochepor que esa misma noche encontre un amorMe abrazo el instante mismoque tu me dijiste adiosy no fue una gran tristezafue como irde menor a mayor"Tu regreso habia esperadomas te veia muy feliz en los brazos de tu amadate olvidaste tu de mi".
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Los laberintos - Reflexiones sobre la filosofía de la periferia por Alfonso Cabanzo se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.