domingo, agosto 03, 2008

Hace tanto...

... que no escribo una palabra. Quizás más de una semana. Si, aunque no escriba aquí, escribo en otros lados. Y ahora no lo hago. A pesar de tantas cosas que faltan por decir... acaso porque las últimas cosas que dije me han traído tantos problemas, aunque fuesen verdad. O quizás por eso mismo, porque eran verdad. Amamos las consecuencias positivas de la verdad y detestamos las negativas. No amamos la verdad en sí misma. Cuando la contemplamos somos incapaces de soportar su mirada, y debemos, como Edipo, sacarnos los ojos ante tan funesto espectáculo. ¿Por qué no simplemente contemplarla como se contempla una obra de arte? "Oh si, mira, esa es la verdad. ¿Eso es todo? Bien, quizás mañana cambie". Pero no, tenemos que reaccionar como si fuera el fin del mundo. Y por supuesto, el emisario debe ser condenado. ¿Cuál es mi triste verdad? Que aun la amo.
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Los laberintos - Reflexiones sobre la filosofía de la periferia por Alfonso Cabanzo se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.