Según el último libro que me estoy leyendo (sí, ese de Nueva historia de las Américas Antes de Colón) algunos historiadores, antropólogos y epidemiólogos -desde 1960, más o menos- afirman que la población americana podría haber sido aun mayor que la Europea hacia 1491, pero la tasa de mortalidad, del 95%, mermó la población. Bastó un pequeño contacto entre los europeos y los indígenas, que aquellos dejaran cerdos (su animal doméstico portátil, para sacar alimentos) a su paso, y listo, tenemos un continente despoblado, con bandas de supervivientes a la viruela, el sarampión, la hepatitis y demás, andando por ahí (no nómadas) esperando a ser definitivamente destruidos por una invasión. Parece ficción: no hay pruebas arqueológicas de grandes asentamientos en los terrenos donde se supone había tal concentración de personas. Pero hay una que otra prueba indirecta a su favor: algunas frases sueltas en las crónicas de Pizarro, los Peregrinos instalados en lo que hoy es Estados Unidos describían poblados enteros arrasados por una plaga, y demás. Pero de ahí a decir que América fue despoblada casi que en su totalidad por una peste... En el libro se cita un ejemplo: unos misioneros recién llegados a un resguardo en Venezuela. La hija pequeña de uno de ellos desarrolló sarampión y en unos días la tasa de mortalidad de los nativos fue del 10%. ¿Qué habrá pasado en el lapso de cincuenta años transcurrido entre los primeros contactos entre americanos e invasores? Busco en Internet, el oráculo de nuestros días, y me encuentro con la siguiente noticia: La población de Nukak Makú, quizás la última tribu nómada de este continente ( ¿o debemos decir de sobrevivientes?) ha visto redujo su población en un 50%, producto de la "inofensiva" gripe y otras enfermedades. ¡Y esto sólo en diez años!
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