Estamos en un momento político, aquí en Colombia, en donde el debate entre partidos políticos –Liberal vs. Conservador- ha sido desplazado por el debate entre ideologías. Así, hoy en día hablamos de una Izquierda enfrentada a una Derecha. Ayer, justamente, tuve una discusión con un amigo que se lanza como Edil por un partido de derecha (el de la U), pero que está apoyando a al candidato del Polo –Samuel Moreno Rojas-, partido de Izquierda. Esta aparente contradicción nos llevó a preguntarnos si sí había tal lineamiento y claridad conceptual en la contienda electoral. Afirmé que, por herencia Familiar, el candidato a la alcaldía debía ser de Izquierda, pues la ANAPO, el partido fundado por el General Rojas Pinilla, era de izquierda. Ahora bien, ¿cómo es posible que un dictador, militar, católico y anticomunista como Rojas Pinilla, pueda catalogarse como “de izquierda”?
Para aclarar la cosa, debemos aclarar conceptos. Este escrito será, pues, un intento de delimitar las fronteras ideológicas de la”Siniestra”, como movimiento opuesto o diferente al de la “Diestra”.
Un principio fundamental será, entonces, el siguiente:
Los izquierdistas abogan por una redistribución de las riqueza.
Es, pienso yo, un axioma que no admite discusión. “Pero los conservadores, los liberales, e incluso los Nazis predicaban lo mismo”, podría objetarse. No lo creo. Los matices marcan la diferencia: decir que debe ser una “justa” redistribución, o que cada cual debe recibir lo que merece, hace que haya una desigual redistribución. Por ejemplo, no es justo que una persona que haya estudiado en buen colegio, en una prestigiosa universidad durante ocho años, que haya trabajado toda su vida, etc., gane lo mismo que alguien que no estudió en un buen colegio, que no fue a la universidad, etc. El problema radica aquí en que es justamente porque ha habido una desigual distribución de los ingresos que este individuo no ha podido estudiar y hacer lo que el primero sí pudo hacer. Caemos así en un círculo: Démosles más dinero a los que más tienen, puesto que se lo merecen. Absurdo. Así pues, necesitamos re-distribuir los ingresos para que aquellos que tienen poco, puedan, finalmente, liberarse de la pesada carga de ser pobres. El famoso contra ejemplo “pero Juanito pudo estudiar y es pobre” no aplica, pues ese “Juanito que pudo” es uno entre un millón. ¿Y los otros 999.999? ¿Qué se jodan?
Los izquierdistas abogan por una educación pública gratuita para todos.
Uno de los mayores orgullos de los Norteamericanos, hasta antes de la hegemonía Republicana que los azota, era justamente el hecho de tener una educación pública para todos. “Pero la educación no es muy buena”. No importa. Si todos, ricos y pobres recibimos la misma educación, todos estaremos en igualdad de condiciones, todos podremos aspirar a lo mismo. Por otro lado, el roce entre diferentes clases sociales puede ayudar a “abrir mundo”: los chicos estrato seis compartirán su salón con jóvenes a los cuales les cuesta comer tres veces al día. Aquellos tendrán más sensibilidad social (verán de cerca, todos los días, lo difícil que es estudiar con la barriga vacía) y estos tendrán contacto directo, y sabrán lo que pueden llegar a tener, y deben exigir. Que esto puede generar conflictos: los niños de papi discriminando a los de menos recursos, que éstos robando a los otros... no importa. La esencia de la democracia es justamente el conflicto que debe ser solucionado mediante el debate argumentado. Para eso estarán los profesores educando a los chicos: para la diversidad.
Los izquierdistas abogan por un servicio de salud gratuito para todos.
¿Necesita explicación esta afirmación? Sin salud no hay posibilidades para hacer nada más. Supeditar la atención a los enfermos a que hayan pagado por ella es lo más inhumano que puede haber. La medicina prepagada, por tanto, fomenta la desigualdad. Debería, como en Canadá, estar prohibida. O, por lo menos, todos deberíamos tener ese tipo de atención. La ley 100, aunque vivo despotricando de ella, es, en esencia, justa: todo pagamos, y ello ayuda a subsidiar a quienes no pueden pagar salud. El problema es que está pensada no para ayudar, sino para quitar cargas económicas a las grandes empresas, con muchos empleados. Lo mejor es subsidiar la oferta, como antes: hospitales gratuitos. Y lo que tienen plata, que paguen para que funcionen.
Los izquierdistas abogan por una libertad individual, aunque el bien general debe estar por encima del bien particular.
El bien general es el bien de todos: no el de la mayoría, ni el de la minoría, ni el de los más bonitos, los más inteligentes o capaces, sino el de todos. Yo, que soy egoísta por naturaleza, al buscar el bien de todos estaré buscando mi propio bien, como decía Rousseau. Ahora, darme cuenta de esto requiere hacer un profundo ejercicio de reflexión: ¿cómo es que buscando el bien común conseguiré mi propio bien? La libertad individual debe, por tanto, fomentarse. Ejércitos de soñadores que harán lo posible por alcanzar ese sueño que nos llevará a todos a la felicidad.
Este es el tipo de reflexión -“¿cómo es que buscando el bien común conseguiré mi propio bien”- que debe enseñarse en los colegios y universidades, a donde todos podrán ir puesto que es gratuita. Y como todos estaremos sanos debido a que tenemos salud, pues lograremos ponernos de acuerdo sobre cuál es este bien común.
Negando con mayor o menor fuerza estas tesis tenemos la derecha: “Los ricos no pueden juntarse con los pobres”; “no debemos pagar para que quienes no trabajan tengan salud (educación, vivienda, etc.) puesto que fomentamos la pereza”, “el bien común se da por adorar al Ekeko y por tanto TODOS deben adorar al Ekeko y obedecer sus mandatos”, etc. El axioma fundamental de la Derecha, creo, sería algo como esto: buscando el bien individual, llegaremos encontrar el bien común. Por ello facilitarle a los ricos ser más ricos redundará en más dinero a los pobres, pues caerá de los bolsillos de aquellos cuando ya no se puedan llenar más. Creo que es falso. Los bolsillos adinerados han demostrado no tener fondo.
Si radicalizamos los principios que he postulado, tenemos la extrema izquierda: “Sólo matando conseguiremos estos fines”; “el bien común, la igualdad, debe imponerse por las armas”, etc. Si usted admite algunos de estos, se dirige, sin duda, a un “siniestro”, palabra que por alguna razón se usa para denotar un accidente, pero que también es sinónima de “izquierdo”. Finalizo, pues, con una frase de ese dictador, fanático católico y anticomunista, que quizás por accidente ahora tiene un nieto que milita en un partido de oposición a un partido derechista. Otra muestra más, de lo contradictorio que es este país:
“No se puede hablar de paz sin justicia social y justa distribución y goce de las riquezas". General, Rojas Pinilla. (Presidente de Colombia, mediante un golpe de estado, desde el 13 de junio de 1953 hasta el 10 de mayo de 1957).
P.S. Acepto propuestas para mejorar una posible delimitación de los principios del socialismo. Una muy buena es la siguiente: los socialistas buscan la igualdad social.
Para aclarar la cosa, debemos aclarar conceptos. Este escrito será, pues, un intento de delimitar las fronteras ideológicas de la”Siniestra”, como movimiento opuesto o diferente al de la “Diestra”.
Un principio fundamental será, entonces, el siguiente:
Los izquierdistas abogan por una redistribución de las riqueza.
Es, pienso yo, un axioma que no admite discusión. “Pero los conservadores, los liberales, e incluso los Nazis predicaban lo mismo”, podría objetarse. No lo creo. Los matices marcan la diferencia: decir que debe ser una “justa” redistribución, o que cada cual debe recibir lo que merece, hace que haya una desigual redistribución. Por ejemplo, no es justo que una persona que haya estudiado en buen colegio, en una prestigiosa universidad durante ocho años, que haya trabajado toda su vida, etc., gane lo mismo que alguien que no estudió en un buen colegio, que no fue a la universidad, etc. El problema radica aquí en que es justamente porque ha habido una desigual distribución de los ingresos que este individuo no ha podido estudiar y hacer lo que el primero sí pudo hacer. Caemos así en un círculo: Démosles más dinero a los que más tienen, puesto que se lo merecen. Absurdo. Así pues, necesitamos re-distribuir los ingresos para que aquellos que tienen poco, puedan, finalmente, liberarse de la pesada carga de ser pobres. El famoso contra ejemplo “pero Juanito pudo estudiar y es pobre” no aplica, pues ese “Juanito que pudo” es uno entre un millón. ¿Y los otros 999.999? ¿Qué se jodan?
Los izquierdistas abogan por una educación pública gratuita para todos.
Uno de los mayores orgullos de los Norteamericanos, hasta antes de la hegemonía Republicana que los azota, era justamente el hecho de tener una educación pública para todos. “Pero la educación no es muy buena”. No importa. Si todos, ricos y pobres recibimos la misma educación, todos estaremos en igualdad de condiciones, todos podremos aspirar a lo mismo. Por otro lado, el roce entre diferentes clases sociales puede ayudar a “abrir mundo”: los chicos estrato seis compartirán su salón con jóvenes a los cuales les cuesta comer tres veces al día. Aquellos tendrán más sensibilidad social (verán de cerca, todos los días, lo difícil que es estudiar con la barriga vacía) y estos tendrán contacto directo, y sabrán lo que pueden llegar a tener, y deben exigir. Que esto puede generar conflictos: los niños de papi discriminando a los de menos recursos, que éstos robando a los otros... no importa. La esencia de la democracia es justamente el conflicto que debe ser solucionado mediante el debate argumentado. Para eso estarán los profesores educando a los chicos: para la diversidad.
Los izquierdistas abogan por un servicio de salud gratuito para todos.
¿Necesita explicación esta afirmación? Sin salud no hay posibilidades para hacer nada más. Supeditar la atención a los enfermos a que hayan pagado por ella es lo más inhumano que puede haber. La medicina prepagada, por tanto, fomenta la desigualdad. Debería, como en Canadá, estar prohibida. O, por lo menos, todos deberíamos tener ese tipo de atención. La ley 100, aunque vivo despotricando de ella, es, en esencia, justa: todo pagamos, y ello ayuda a subsidiar a quienes no pueden pagar salud. El problema es que está pensada no para ayudar, sino para quitar cargas económicas a las grandes empresas, con muchos empleados. Lo mejor es subsidiar la oferta, como antes: hospitales gratuitos. Y lo que tienen plata, que paguen para que funcionen.
Los izquierdistas abogan por una libertad individual, aunque el bien general debe estar por encima del bien particular.
El bien general es el bien de todos: no el de la mayoría, ni el de la minoría, ni el de los más bonitos, los más inteligentes o capaces, sino el de todos. Yo, que soy egoísta por naturaleza, al buscar el bien de todos estaré buscando mi propio bien, como decía Rousseau. Ahora, darme cuenta de esto requiere hacer un profundo ejercicio de reflexión: ¿cómo es que buscando el bien común conseguiré mi propio bien? La libertad individual debe, por tanto, fomentarse. Ejércitos de soñadores que harán lo posible por alcanzar ese sueño que nos llevará a todos a la felicidad.
Este es el tipo de reflexión -“¿cómo es que buscando el bien común conseguiré mi propio bien”- que debe enseñarse en los colegios y universidades, a donde todos podrán ir puesto que es gratuita. Y como todos estaremos sanos debido a que tenemos salud, pues lograremos ponernos de acuerdo sobre cuál es este bien común.
Negando con mayor o menor fuerza estas tesis tenemos la derecha: “Los ricos no pueden juntarse con los pobres”; “no debemos pagar para que quienes no trabajan tengan salud (educación, vivienda, etc.) puesto que fomentamos la pereza”, “el bien común se da por adorar al Ekeko y por tanto TODOS deben adorar al Ekeko y obedecer sus mandatos”, etc. El axioma fundamental de la Derecha, creo, sería algo como esto: buscando el bien individual, llegaremos encontrar el bien común. Por ello facilitarle a los ricos ser más ricos redundará en más dinero a los pobres, pues caerá de los bolsillos de aquellos cuando ya no se puedan llenar más. Creo que es falso. Los bolsillos adinerados han demostrado no tener fondo.
Si radicalizamos los principios que he postulado, tenemos la extrema izquierda: “Sólo matando conseguiremos estos fines”; “el bien común, la igualdad, debe imponerse por las armas”, etc. Si usted admite algunos de estos, se dirige, sin duda, a un “siniestro”, palabra que por alguna razón se usa para denotar un accidente, pero que también es sinónima de “izquierdo”. Finalizo, pues, con una frase de ese dictador, fanático católico y anticomunista, que quizás por accidente ahora tiene un nieto que milita en un partido de oposición a un partido derechista. Otra muestra más, de lo contradictorio que es este país:
“No se puede hablar de paz sin justicia social y justa distribución y goce de las riquezas". General, Rojas Pinilla. (Presidente de Colombia, mediante un golpe de estado, desde el 13 de junio de 1953 hasta el 10 de mayo de 1957).
P.S. Acepto propuestas para mejorar una posible delimitación de los principios del socialismo. Una muy buena es la siguiente: los socialistas buscan la igualdad social.
7 comentarios:
Como siga así voy a tener que llamarle chamo!!!
Quienes aún nos sentimos de izquierda creemos que las prioridades que tú defines son irrenunciables. Pero en los últimos años se ha vuelto claramente inviable la posibilidad de conseguir esos necesarios avances sociales por medio de violencia armada y la guerra.
Queda entonces la acción política. Pero con ella no se lograría por ahora ni a mediano plazo reemplazar los regímenes capitalistas por .... socialismos que los derriben y reemplacen (desconfío irremediablemente de nuestro vecino mesiánico y militar). Entonces... ¿es viable la mejoría social, hasta el punto de conseguir una verdadera libertad y posibilidad de realización para todos los humanos, mediante reformas que podrían enmarcarse en una especie de "socialdemocracia de izquierda"?
Sólo la acción política, con propuestas sólidas pero imaginativas, ética y capacidad para acercarse convincentemente a grandes sectores de población, podría aproximar esas metas.
A la gente hay que hablarle y ayudarla a ver cómo es la realidad con argumentos, no matarla con bombas.
Y sí, es cierto, los conceptos y los grupos políticos pueden resultar confusamente ambiguos cuando se desdibujan los objetivos ideológicos, por ejemplo en pos de una acumulación económica. ¿Acaso el accionar de las guerrillas colombianas de "izquierda" no son parecidas -junto con los narcoparacos- a cualquier fascismo?
Partidos ambiguos. Opto por el análisis de candidatos y no por los partidos.
Un abrazo cálido con besitos para tu alma!
Yo tengo 19 años y hasta el día de hoy, aunque he estudiado la historia política de Colombia y se el concepto de izquierda y de derecha , no he visto en realidad lo que es ser de un lado o del otro ,defender una idea política o no, por que pues esa época a mi no me toco
ahora lo que creo es que esas definiciones son lo de menos y solo contribuyen a la politiquería lo que importa es encontrar soluciones para salir de la inmunda
Muy interesante tu análisis... pero que pueden hacer los pobres para salir del circulo vicioso en el que están?? para salir de ahí deberían tener esos conocimientos de los que hablas pero los ricos no permitiran que eso suceda. No se si te viste Sicko (el último documental de Michael Moore) pero alguien menciona una frase que dice: "Si quieres que un pueblo haga lo que tu quieres tienes dos opciones. Asustarlos o desmoralizarlos" y es evidente que el pueblo colombiano está desmoralizado pues no cree en sus candidatos y votan es por un bien inmediato.
h: la acción de la guerrilla no es comparable para nada al fascismo porque sus fines son diametralmente opuestos. Nadie acusaría de fascista al Che Guevara. Yo no comparto la estrategia guerrillera pero nunca diría que es fascismo.
Lamentablemente, la visión reduccionista de la "acción política" tropieza con las bases mismas del sistema capitalista, ya que la burguesía se asienta en un sistema POLÍTICO-MILITAR, el Estado. Quiere decir que no sólo utiliza mecanismos políticos sino que cuando es necesario utiliza sus mecanismos represivos, como la policía, Fuerzas Armadas, etc.
Por lo tanto "la inviabilidad" de la acción violenta es en todo caso una abstracción, ya que inevitablemente es necesario recurrir a ella. Sin embargo, no con guerrillas, sino con órganos de democracia directa del pueblo, que intervengan políticamente y que a la vez puedan armar milicias obreras y populares.
Saludos, muy buen blog
La unica propuesta y solucion viable para acabar con el sufrimiento del pueblo es erradicar y de raiz todo idealismo comunista, marxista, facista e izquierdista del pais.
A los izquierdistas les intereza que un pueblo sea pobre, sea misero, sea analfabeta; para que ellos lleguen y con falsos discursos de "igualdad" gananen adeptos para hacerlos enemigos del estado, del cual culpan de sus males y sus fracasos; y si no son capaces por la via de dialogo llegan e intimidan a la poblacion con sus actos terroristas.
Estas corrientes abogando por una "igualdad" lo unico que quieren en realidad es pobreza y van en contra de todo lo que se llama y contiene progreso.
En estos momentos tenemos un Gobierno eficaz, con el carácter y fuerza suficiente para enfrentar a estos terroristas y con un corazon grande para combatir los males de los mas necesitados.
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