miércoles, mayo 05, 2010

La secta mockusiana

El Divino Mockus en una aparición



Alejandro Reyes Posada escribe un artículo de opinión en El Tiempo sobre los riesgos de elegir a Mockus. De acuerdo con él, el partido verde se está convirtiendo en una secta: En las sectas hay un líder, un “santón carismático”; un estrecho círculo de adoradores, una doctrina con valores admirables, una exigencia de comportamientos altruistas para sus miembros y el desprecio moral de quienes queden por fuera de ella. Lo mismo habría en el partido de Mockus: su candidato es carismático y “santón”, hay seguidores, se predican valores admirables, y supuestamente se “desprecia” a quien no esté en la secta. Afirma que los verdes se comportan igual que los uribistas: quién no está con Mockus está contra él, así como quien no está con Uribe está contra él. Dado que la tesis verde es el respeto por la vida y por los recursos públicos, Reyes asume que los mockusianos tachan de criminales y corruptos a quienes no están con ellos. Finalmente la propuesta verde olvida según él los logros de Uribe en cuanto a seguridad. Cada una de estas posturas está errada, cuando no es totalmente falsa y maledicente. Veamos uno de los argumentos, revisemos sus premisas y luego revisemos si éstas apoyan su conclusión.


Tachar al partido verde de secta es injurioso y falso. En primer lugar, porque si bien Mockus es carismático, está lejos de ser un “santón” (palabra definida como santurrón, beato e hipócrita). No predica, sino que más bien propone. Tampoco tiene “seguidores incondicionales”, puesto que el público de Mockus se caracteriza en su mayoría por individuos que cuestionan, que escuchan sus argumentos, y que, como en mi caso, lo consideramos la mejor opción posible en esta coyuntura. No el mejor, ni el mesías que salvará a Colombia. Es a lo sumo un símbolo de lo que nos gustaría llegar a ser, aun si ni él ni nadie raya en la perfección que le endilgan (y que nunca he oído a él afirmar de sí mismo). La predicación de valores admirables quizás sea cierta: la legalidad, el respeto por la vida, por la máxima “el fin no justifica los medios”, que son a todas luces principios loables, no es propia sólo de las sectas. Pero más que eso, son principios cuya violación, entre otras cosas, son los causantes de la mayoría de los problemas del país: el robo de recursos públicos, y el irrespeto por la vida. El saqueo del presupuesto en la construcción de una carretera, en los hospitales, la evasión de impuestos por parte de grupos como el Santo Domingo, etc., tiene repercusiones en la vida de las personas comunes. La muerte, que es causada no sólo por guerrilleros y paramilitares, sino por taxistas que atacan con cruceta a quien le reclama por el alto cobro de una carrera, o por un niño que hace conejo por no tener subsidio de transporte, es un lamentable recuerdo de nuestra condición de poscolonia. Por otro lado “el fin justifica los medios” es una máxima anti ética que permite a cada colombiano hacer lo que le venga en gana siempre que considere que su fin egoísta es loable. Así que en modo alguno el Partido Verde se comporta como una secta. Pero aun suponiendo que este movimiento tenga las mismas características que una secta, no se sigue de ahí que de hecho lo sea. En efecto, es cierto que toda secta tiene un líder y el Partido Verde también tiene un líder. No es lógico pensar que éste es una secta, como no es lógico decir que el Banco de la República es una secta porque tiene un líder. Es igual de absurdo que decir que los hombres son humanos, las mujeres son humanos, y que por compartir estas características las mujeres son hombres. Lo importante aquí no es qué tienen de similar el movimiento de Mockus, los evangélicos y los seguidores de Charles Manson, sino más bien qué es lo que hace diferente a aquél movimiento de estas sectas. Y una diferencia fundamental es la apelación a la razón para sopesar sus propuestas políticas. La misma razón que me permite descubrir la falacia tras el razonamiento del señor Reyes. Pero este “periodista” va un poco más allá. Afirma, en la página editorial del diario más leído en Colombia, que la vocación de las sectas es crecer hasta abarcar la sociedad y transformarla, y que el conflicto final se resuelve con la disolución de la secta por la sociedad o la absorción de ésta por la secta. Dado que no queremos que la sociedad se disuelva por una secta, y dado que el Partido Verde es, según su estúpido razonamiento, una secta, se puede inferir de su texto que tendremos que “disolverlo”. Sería interesante ver cómo pretende Reyes disolver el partido: ¿inventando vínculos entre éste y las FARC? ¿Inventando infidelidades sentimentales de Mockus? ¿Creando falsas ONG donde se le vincule con los paras, los narcos, con Regina 11 y con Voldemort? Sólo espero que los mismos lectores que cayeron ante los engaños del DAS no crean en la campaña de desprestigio que, ya se ve, iniciaron contra el Partido Verde, y espero que nuestra trágica hisotria, nuestro trágico presente, no se repita en Mockus por cuenta de estos comentarios malintencionados de los columnistas de El Tiempo.

1 comentario:

Ella dijo...

mockus, mockus, mockus ... qué será de Colombia sin ti.... NADIE LO SABE... y contigo.... TAMPOCO

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Los laberintos - Reflexiones sobre la filosofía de la periferia por Alfonso Cabanzo se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.