sábado, agosto 19, 2006

No hay plata

Acaba de pasar por mi ventana una caravana de motociclistas. Conté cuántas había (la idea se me ocurrió cuando ya habían pasado casi la mitad de las motos). No eran, por supuesto, motos de mensajero, de esas de $3'000.000, sino esas que salen en las películas. A un promedio de 30 millones por moto, eso da un total de nueve mil millones de pesos que desfilaron por mi ventana.
¿Qué se podría hacer con tanta plata? Por supuesto, no regalarla. Eso sólo promueve la mendicidad, dirán los dueños de tanto dinero, y estoy casi de acuerdo. Pero supongamos que se monte una empresa. Por decir algo, una fábrica de zapatos. O para facilitar la reflexión, se compren taxis (ignoremos, por mor de la argumentación, el sobrecupo de taxis en Bogotá). Con cupo, uno vale $60 millones, para un total de 150 taxis comprados con se dinero. Que cada carro sea manejado por dos personas da un total de 300 personas con trabajo. Y suponiendo que cada familia de estos choferes esté conformada por esposa desem... -perdón, desocupada según el Dane- y dos hijos, resulta que 600 personas comerían mensualmente gracias a esa plata. En diez años de trabajo, que es lo que dura un carro, y suponiendo que cada chofer se haga al mes sólo $408.000, se habrían logrado $14'688.000.000, y aunque no es un buen negocio, no reporta pérdidas abismales. Y supongo que si se monta un mejor negocio se logrará más dinero. En fin, otro día sigo desvariando.

4 comentarios:

José Luis Peñarredonda dijo...

¿No ve que gastar plata es más divertido que ganarla? Y no divertirse es disvariar...

cavernadeltoposauro dijo...

Interesante reflexion...
Topamos...

ana's ghost dijo...

Hola
Primero que todo, muchas gracias por la invitación. Seguramente asistiré.
Segundo, tu post me recordó algo que nos decía un profesor cuando empezamos una clase de corrección de estilo. Nos dijo todo un plan sobre cómo podíamos ganar plata sin estudiar apunta de un negocio de buses colectivos de transporte público. Muy irónicamente nos decía todo eso con aras de que entendiéramos que estudiar no daba plata, no nos iba a ser necesariamente millonarios, que la industria editorial no es una mina de oro, pero que hay otras gratificaciones y que con suerte una de ellas puede ser ganar bien sin ser un magnate del transporte público.

alcabanzo dijo...

ja ja ja. Lo estoy pensando seriamente (lo de los buses). Pero no teng alma de negociante porque soy más o menos honesto.

Licencia Creative Commons
Los laberintos - Reflexiones sobre la filosofía de la periferia por Alfonso Cabanzo se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.