domingo, abril 27, 2008

Cómo hacer cosas con palabras

Los artistas suelen afirmar que han recibido un Don divino que les posibilita hacer su arte. Los profetas también se consideran personas que han recibido un don divino, usado en dichos casos para guiar a sus pueblos. La palabra es generalmente el vehículo que usan estos inspirados para lograr este efecto en las multitudes. El lenguaje funciona en dos niveles: un efecto es la comprensión por parte del oyente, y esto se logra simplemente si conocemos las reglas que regulan su uso. El otro, las consecuencias del discurso, no se obtienen con ningún conjunto de reglas o trucos. Si le doy una mala noticia a alguien, y este sufre un ataque cardiaco, es un efecto inesperado de mis palabras. No hay manera de producir los efectos deseados mediante lo que decimos. Me explico: si le digo a alguien "por favor, abre la puerta", puedo lograr que me entienda si ese alguien habla español. Pero no puedo lograr que abra la puerta, y si de casualidad toma un hacha y la abre a golpes, tampoco podía preverlo yo al usar esa expresión. Así, los discursos son más peligrosos de lo que parecen: mueven montañas, mueven hordas completas de seres humanos para que maten por sus convicciones, a pesar de las intensiones de quienes hablan. En resumen, debe tenerse cuidado con lo que se dice porque las consecuencias de ello son imprevisibles. Ni siquiera está garantizada la comprensión de las propias palabras. Sobre todo si son dones, sobre todo si tenemos el poder de convencer mediante los signos que emitimos. Parecería, sí, que algunas personas hacen aparecer por arte de magia cosas mientras las describen.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si el "don" es simplemente el poder, sí se puede prever el efecto de lo que se dice. Y si lo que se dice desde el poder cuenta con individuos u organizaciones dispuestas a actuar en consecuencia, entonces se es responsable de los dichos que estimulan dichas acciones. Por ejemplo, se es responsable de haber inducido los asesinatos de sindicalistas que contribuyeron a organizar una marcha de rechazo a la violencia para-oficial, por haber dicho que dicha marcha era de apoyo a los otros violentos.

H

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Los laberintos - Reflexiones sobre la filosofía de la periferia por Alfonso Cabanzo se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.