lunes, junio 18, 2007

La Banda Sonora de mi vida

La mujer, Marion, rubia, atractiva, se baña en una ducha antigua, de esas con una vieja cortina de plástico sobre la que se puede adivinar el limo de la humedad escurriendo verdoso sobre su superficie. La puerta del baño se abre mientras el agua baja por el esbelto cuerpo de Janet mientras se adivina la figura de quien ha entrado, un hombre corpulento que sin previo aviso corre la cortina dejando ver su mano en alto con un filoso puñal. Hay una breve lucha, y el cuerpo muriendo empieza a deslizarse por las baldosas mientras se ve la sangre caer. Al final Marion se agarra desesperada y arranca la cortina, que hace sonar los ganchos al estrellarse contra el suelo. La mezcla de agua y sangre se dirige hacia el desagüe en un sonoro remolino negro que se confunde con la pupila de la protagonista, quien yace inerte sobre el suelo, arropada con el visillo que acaba de descuajar.


La protagonista de Psicosis acaba de ser asesinada, pasada la primera media hora del filme. Y lo que hace más impresionante la escena es, sin duda, la música incidental de Bernard Herrman: unas cuerdas que insistentemente repiten el leitmotiv de la cinta mediante Sforzandos que van de notas agudas a graves. Cuando todo ha sido consumado los violines hacen las frecuencias más graves que su registro permite. Profundas, calmadas después de la tormenta, nos corroboran que todo ha terminado. Es quizás, una de las composiciones musicales mejor interpretadas por la imagen. Es una técnica muy vieja: las melodías que van de agudo a grave significan descenso, de carácter moral, algo malo, bajo, ruin. Como este asesinato, donde el descenso de la sangre coincide con la música.
Creo que hoy en día casi todos hemos sido marcados por alguna canción en algún momento. Y no me refiero sólo a ese momento en el cual besamos por primera vez a la chica que nos gustaba mientras sonaba "Te Amo" de Franco de Vita (Sí, malditos 80's), sino a esa vez en la cual tuvimos que quedarnos callados oyendo con atención los acordes de esa pieza porque no habíamos escuchado nunca antes algo como eso, o porque la letra nos impresionó al describir descaradamente eso que estábamos viviendo.
He aquí algunos de estos momentos de película (si hicieran, como seguramente sé que va a pasar, una película sobre mi grandiosa vida, estos serían los cortos que pasarían en los Premios de la Academia al momento de nominar el filme a "mejor guión":
  • Tocata y Fuga en Re menor: La escuché por primera vez siendo muy niño como cortina en un programa de dibujos animados llamado “Érase una vez… el Hombre”. Mientras iniciaba el programa, sonaba la fuga: un conjunto de tres o cuatro voces haciendo una secuencia descendente a toda velocidad que se perseguían a medida que los dibujitos se iban transformando, desde la Gran Explosión, hasta que el ser humano llegaba al espacio. Jamás he dejado de oír Bach desde entonces, y la polifónía (esa carrera entre diferentes voces) sigue siendo un rasgo de mi música preferida...
  • Escalera al Cielo, de Led Zeppelín. Mi hermano la escuchaba a todo volumen en sus noches de juerga adolescente. Una madrugada me desperté por el sonido del equipo. La suave melodía hizo que me parara hipnotizado; como el gato que es atraído por una nube de aroma con forma de mano desde su cama a la cocina en los dibujos animados, me llamó la atención el solo de flauta (realmente eran teclados) del comienzo. Bajé a la sala y miré con detenimiento el disco, editado por Philips Colombia, donde se veía el nombre de la canción : "StairWaz to Heaven" (El error ortográfico salió así en el disco). Fue la primera melodía que saqué "a oído" con mi instrumento. Posteriormente, años más tarde, mi vecino organizó un concierto de rock en su garaje. Este chico me golpeaba cuando pequeño con su primo (el típico Mongo, grande y bobo que se aprovecha de los más pequeños) así que yo no me llevaba bien con él. Era de la "pandilla" enemiga, por decirlo así. De pronto alguien, por su puesto, no él, tocó en la guitarra eléctrica el primer arpegio de esta canción mientras probaban el sonido. Me detuve, paralizado mientras una corriente eléctrica recorría mi espina dorsal. ¡Alguien Podía tocar esa canción en la guitarra! A partir de ese momento supe que iba a ser guitarrista.
Todavía hacen falta más escenas de película, y, por supuesto más canciones. Propongo entonces que los lectores hagan lo mismo: que describan cómo se sintieron la primera vez que escucharon esa canción o pieza musical que determinó sus vidas.

4 comentarios:

Cerebro dijo...

Si niño.... canciones que marcan, las mias son bastante corronchas, ya veràs que crecí en Cgena!!

Juan Carlos Partidas dijo...

Hola Alcabanzo, veo que te gustan las caricaturas.
Mucho gusto... Mi nombre es Juan Carlos y me gustaría invitarte a visitar mi blog de humor gráfico. http://elrechiste.blogspot.com/
Ojalá puedas visitarlo y te guste.
Saludos.

Anónimo dijo...

la verdad la primera vez que algo así me ocurrió fue un día de clase en la universidad.... en donde el prof "X" interpreto (ojala de Silvio Rodríguez) ya que nunca me había detenido a escuchar a este señor...
Desde ese momento me di cuenta que hay pequeños instantes que valen monton si los sabemos interpretar!!!!!

Catalina dijo...

yo te escribo el guión!!!

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