lunes, junio 05, 2006

La caverna (continuación)

«...a los demás hombres les pasan inadvertidas cuantas cosas hacen despiertos, del mismo modo que les pasan inadvertidas cuantas hacen mientras duermen»

Heráclito

¿Qué hacer para determinar si, despiertos, andamos como dormidos? ¿Qué hacer para saber si estamos dentro o fuera de una caverna y vemos sólo sombras? ¿Como determinar si nuestra vida es la vida que queremos vivir y no un cruel autoengaño? Bueno, estas preguntas presuponen que quien las hace efectivamente desearía salir de su ensueño, suponiendo que estuviera en tal estado. El punto es que vivimos, la gran mayoría, sin preguntarnos siquiera una sóla vez si aquello que vemos es real. Ante la afirmación "no hay pruebas científicas serias de que ninguno de los hechos descritos en, por dar un ejemplo, el Antiguo Testamento, sea cierto, he escuchado a personas, incluso con "educación" universitaria, argumentar seriamente que "en el canal Discovery lo dijeron". Si sale en la TV debe ser cierto. La caverna es creer, como niños, todo lo que nos dicen. Creer que la vida es exactamente eso que nos han dicho que debe ser, creer que es nacer, crecer, inocular descendencia en este u otros mundos, y morir. Creer y no saber.

¿Qué sucede, no obstante, cuando alguien se niega a despertar? Bueno, y cómo sabemos nosotros que somos quienes estamos despiertos? Supongan sólo por un momento que Neo, sí, el de la película, despierta una mañana y se da cuenta de que ese, su futuro apocalíptico, no es más que el resultado de una traba con esa extraña pepa que le dio su “maestro”. ¿Acaso Agustín, Tomás de Aquino, Torquemada, Bin Laden y demás no consideraban que aquellos que no compartían su religión estaban dormidos, y merecían despertar bajo en hierro ardiente de la verdad revelada? ¿Qué hacer ante la persona que no acepta nuestros argumentos porque es él quien tiene La Verdad?, ¿torturarlo?

2 comentarios:

Bloom dijo...

Bin Laden cristiano???!!! Precisión señor Cabanzo, precisión. ;)

alcabanzo dijo...

Si, eh... bueno. Corrijo: «¿Acaso Agustín, Tomás de Aquino, Torquemada, Bin Laden y demás no consideraban que aquellos que no compartían su religión estaban dormidos?»

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Los laberintos - Reflexiones sobre la filosofía de la periferia por Alfonso Cabanzo se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.