jueves, junio 22, 2006

Un pingüe Post

Sobre el significado de las palabras

Creo que fue Aquiles quién sacrificó pingües ovejas en honor a su amigo Patroclo. Pero no es que lo quisiera muy poco, más bien es que lo quería demasiado, puesto que "pingüe" es, según el DRAE, craso, gordo, mantecoso, o bien, abundante, copioso, fértil. Así que la palabra nos engaña (siempre pensé que era sinónimo de "poquito"), y si alguien nos dice "le regalo pingües dólares" debemos aceptar de inmediato. Hay otra serie de palabras “confundidoras”, que se prestan para malos entendidos, y que su uso se ha vuelto tan común que terminan perdiendo el significado y adquiriendo uno nuevo. Por ejemplo, dicen que “guevón” significaba persona con los “guevos” grandes, pero todos fuimos testigos en nuestra adolescencia de que pasó a significar “el que sale con la chica que a mi me gusta”. En efecto:

— ¿Qué pasó con Paula? —pregunta mi mejor amigo.

— No, está saliendo con un guevón— respondo resignado.

Otra palabra que se presta para confusiones es la de “comunitario”. Según los entendidos, un estado comunitarista es aquél que se caracteriza por estar apegado a ciertas tradiciones. Afirma (quizás presente un poco mal el tema debido a que el editor me pidió brevedad) que no hay algo como una justicia universal (menos un Derecho Universal) y que la comunidad está definida por unos miembros determinados por el peso de sus creencias locales, costumbres, etc. Es así como en estos estados, a diferencia de lo que sucede en los liberales (que se identifican con los democráticos), suele presentarse un cierto rechazo a la diferencia. De hecho, los comunitaristas critican a los liberales afirmando que el liberalismo no es más que una tradición occidental, intolerante con lo que no sea liberal. Si nos fijamos bien, estos estados comunitaristas tienden a defender, por ejemplo, la existencia de una religión común que unifique valores, por decir algo, el catolicismo, o el cristianismo en general. Deberían desatender, en principio, dictámenes de organismos internacionales que pretendan “imponer” una justicia de corte “universal” que defienda los derechos de, por ejemplo, los individuos, frente a los atropellos de una comunidad que los rechaza por pertenecer a una minoría, o por “no hacer parte de la comunidad”. En fin, si se mira bien la cuestión, un estado comunitario puede degenerar fácilmente en una especie de dictadura de la mayorías, o peor aun, de las minorías con poder.

Aquiles jugando parqués con Ayax, creo.

Por todo esto no creo que cuando Álvaro Uribe propuso como nombre de su plan de desarrollo “hacia un estado comunitario”, ya hace cuatro años, estuviera pensando en algo como una especie de dictadura. No. No creo que quisiera, por ejemplo, cambiar la Constitución de 1991, que vela por los derechos de lo individuos y de las comunidades minoritarias, ni creo que buscara un Estado que defendiera sólo los principios cristianos, como la negativa absoluta al aborto, el rechazo a la dosis personal, el sexo prematrimonial, el matrimonio como posible sólo entre un hombre y una mujer, la familia compuesta por hombre y mujer casados (por lo católico) con muchos hijos (pues no se puede usar preservativos), y en fin, un estado similar al de Franco en España o el de Pinochet en Chile. No. Creo que ese nombre hace referencia a un estado que vive “en comunidad fraternal”. Después de todo “comunitarismo” y “comunitario” son diferentes. ¿O no?

Fray Mamerto


Pero este comentario iba hacia lo que sucede con las palabras que significan algo cuando en realidad parecen significar otra cosa. Y decidí escribirlo porque Vemod, lector de uno de mis últimos escritos, dijo que Jorge, otro comentarista de mi anterior post, era “mamerto”. Y claro, es una “mamera” con su tono de “oye, ¿aun eres un eurocentrista?", y “homínidos son una subclase de los...”. Bueno, y es que cuando alguien nos recuerda que cometemos un error puede tornarse “mamón” (recuerden el significado de “guevón”). Pero el punto es que «mamerto» tiene un significado bien preciso: dícese, según el DRAUP (Diccionario De La Real Academia De La Universidad Pública) de esa persona que se dice de Izquierda, pero que a pesar de saberse de memoria párrafos enteros de “El Capital” y de “El manifiesto comunista” no ha entendido un ápice de la teoría y se dedica a predicar marxismo como José Galat (el rector universitario que afirma que los homosexuales no deberían tener derecho a la educación) predica catolicismo.

Por ello, aunque Jorge sea una mamera, es posible que no sea mamerto. Prefiero dejar este término para personas que cumplan el requisito. Lo mismo sucede con los impuestos “progresivos” y los “regresivos”. Cuando el ministro de Hacienda dice que va a poner impuestos “regresivos” no quiere decir que van a ir disminuyendo poco a poco, así como los “progresivos” no implican que, como el IVA, van a subir. Los primeros se aplican, según los marxistas, a la población más pobre (como los que se cobran a la papa, el pan, el tomate, etc.), mientras que los segundos se cobran a los que tienen más dinero, como el cuatro por mil para quienes tienen más de una cuenta bancaria, o los mil millones de dólares que pagó el Grupo Santo Domingo por vender su empresita Bavaria a la multinacional Sab Miller (¿o no los pagó porque disfrazó la venta como una “fusión”?). En fin, el punto es que hay que tener cuidado con las palabras que usemos, porque podemos usarlas queriendo decir y dar a entender una cosa, cuando realmente quieren decir otra muy distinta.

6 comentarios:

luis dijo...

aja, con la palabra siempre he tenido problemas, ahora me queda más claro.

ana's ghost dijo...

Hola
Ayer vi tu columna en 'El malpensante' pero todavía no la he leído. me pareció curioso cuando vi el nombre y la foto y yo...un momento jeje.
te dejé un comment en tu 'blog ladrillo' pero también había pasado por acá y por el de tu banda.
Sobre el post: lo de la palabra guevón se me hizo muy gracioso. Creo que tienes razón y he ahí lo que para unos es imprecisión del lenguaje, para otros es pluralidad, o fuente de malentendidos.

Dianita Martini dijo...

buenas buenas, con que comentariasta ....!!! bueno sumamente interesante!!!

Carlos Andrés dijo...

en Colombia, la simple ubicación del artículo "el", determina que uno esté hablando de Dios o del Diablo: una cosa es hablar de Chucho, y otra Del Chucho.

Carlos Andrés dijo...

Hola, de nuevo yo, esta vez con una precisión. En virtud de la santísima trinidad, se aplica ese principio complejamente hologramático de lo uno y lo múltiple; por lo cual decir Chucho (Jesús) es decir Dios. Y también Espíritu Santo.

Y "El Chucho", pienso ahora, es una creación regional antioqueña. Por lo cual tal vez se te haya hecho extraño.

Ahora bien, yo que no soy muy amante de "lo paisa", me atrevo a lanzar la pregunta: ¿por qué es justamente en esta (amada) tierra que Chucho y El Chucho son lo mismo y lo otro al mismo tiempo?

Ochentero dijo...

que palabras tan bacanas las que les dejastes a dark en el post de los reinados populares se ve que eres una persona madura y con muchas experiencias...
de pronto nosotros lo tomamos ala burla pero es solo para molestra la verdad me gusta y estoy con lo que dices tu.

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